martes, 31 de enero de 2012

Estrés y cerebro: Consecuencias y Patologías

¿Qué consecuencias y patologías puede causar el exceso de estrés en nuestro organismo?

Las enfermedades que sobrevienen a consecuencia del estrés pueden clasificarse en dos grandes grupos: 

A) Enfermedades por Estrés Agudo: Enfermedades por exposición breve e intensa a situaciones estresantes que el individuo debe solucionar. Suelen aparecer de forma súbita, son fáciles de identificar y suelen ser reversibles. 

B) Enfermedades por Estrés Crónico: Cuando la exposición a situaciones estresantes se prolonga durante meses o años, se producen enfermedades de carácter permanente y de mayor gravedad.



Cada persona, por su naturaleza única, afronta los problemas de manera diferente. En ocasiones, nuestra forma de protegernos de las amenazas de nuestro entorno y afrontarlas no es la más adecuada y es por ello que deriva en diversas problemáticas:

PRIMERA FASE – Estrés psicológico: En un primer momento, el individuo siente que existe una discrepancia importante entre sus capacidades y las exigencias de su entorno. El hecho de no encontrar una salida conveniente a estas exigencias causa estrés psicológico y puede desencadenar desequilibrios psicopatológicos como, entre otros:


  • Ataques de pánico y fobias: El cerebro está programado para responder así tras repetidas experiencias estresantes creando un pánico habitual o instintivo, que queda grabado en el subconsciente y controlado por la Amígdala. La Amígdala aprende que este nuevo nivel de estrés, es el indicado en un estado normal de relajación, por lo que cada vez la reacción es más intensa. Se trata de un círculo vicioso, ya que cuantos más síntomas se experimentan, más pánico sufre la persona y cuanto más pánico se sufre, más síntomas se experimentan.
  • Depresión: El desequilibrio que el estrés causa en los neurotransmisores pueden ser una causa de depresión. Hay evidencias que afirman que el estrés en etapas tempranas del desarrollo, junto a factores de predisposición genética, contribuye a generar una vulnerabilidad a las depresiones a largo plazo.
  • Trastornos de la personalidad: Las personas tendemos a enfrentarnos a las situaciones estresantes con un estilo individual, pero siempre del mismo modo. Si la manera habitual es ineficaz, buscamos otra forma. En cambio, las personas con trastornos de la personalidad responden de forma rígida, por lo que no pueden adaptarse a la realidad porque no cuentan con la capacidad de cambiar su respuesta.
  • Alteraciones del sueño: El estrés no sólo puede determinar las horas de sueño de una persona, sino también cómo se siente al despertar. El insomnio causado por estrés puede combatirse con técnicas de relajación.
  • Conductas obsesivas y compulsivas con la alimentación u alcoholismo: Muchas personas vinculan el consumo de alimentos y bebida con su estado de ánimo. Es por ello que el estrés aumenta normalmente la conducta de consumo compulsivo o por el contrario, la pérdida de apetito. En situaciones de estrés es necesario cuidar la alimentación y llevar horarios ordenados de comidas.
  • Falta de concentración: El estrés psicológico es una de las principales causas de la falta de concentración.
  • Adicciones: Ante la problemática de no saber afrontar ciertas dificultades, algunas personas buscan una vía de escape en las sustancias químicas.


SEGUNDA FASE – Estrés físico: A lo largo de la primera fase, el organismo sigue generando adrenalina hasta el punto que comienzan a producirse alteraciones físicas, tales como trastornos cardiovasculares, trastornos respiratorios, trastornos inmunológicos, alteraciones del Sistema Endocrino, trastornos digestivos, trastornos dermatológicos, trastornos musculares, o trastornos sexuales.

Una de las causas más comunes de estrés en nuestra sociedad es el estrés laboral, que surge cuando hay un desajuste entre la persona, que intenta adaptarse a las presiones internas y externas, su puesto de trabajo y la organización, lo cual nos obliga a trabajar más intensamente, lo que conlleva un mayor desgaste del organismo. El estrés laboral puede producirse, entre otras, por dos situaciones diferenciadas:




  • Acoso laboral o Mobbing: Se da cuando la persona sufre por parte de su entorno de trabajo acciones de carácter agresivo que buscan provocar estrés, miedo y sentimientos de rechazo o desprecio, minando el estado de ánimo de la persona que lo sufre.
  • Burnout: Se da cuando la persona sufre una sobrecarga emocional y sentimiento de baja realización personal, habitualmente en trabajo que implican contacto con el cliente. El Burnout puede ser “contagioso”, en el sentido que la persona que lo sufre puede afectar al resto de trabajadores trasmitiéndoles su hastío, cayendo todos en un desánimo generalizado.


Para prevenir el estrés laboral es necesario llevar una dieta sana, dormir bien, hacer ejercicio, diferenciar el ámbito laboral y el personal, sin trasladar las preocupaciones laborales al hogar y viceversa, una buena organización del trabajo, afrontar los problemas inmediatamente y mejorar la comunicación.



“Allí va Romero en un ataúd, que por ganar dinero, perdió la salud, y por recuperar la salud, perdió el dinero; Y, ya sin dinero y sin salud, allí va Romero en un ataúd" (copla popular) .



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