lunes, 9 de enero de 2012

Cerebro e impulsividad II: Trastornos

¿Qué son los Trastornos del Control de Impulsos?


Los niveles altos de impulsividad tienen una base biológica semejante a algunas patologías psiquiátricas, denominadas Trastornos del Control de los Impulsos y caracterizadas por el fracaso en resistir el impulso  de llevar a cabo algún acto aunque sea dañino para el propio sujeto o para los demás. Previamente a la conducta se da una sensación de excitación y tensión emocional que se va incrementando hasta el momento de consumar el acto, momento en que  el individuo siente placer, gratificación o liberación. Sin embargo, una vez realizado el acto pueden darse sentimientos de arrepentimiento, pena, culpa o auto-reproche.

Más allá de la similitud con la impulsividad disfuncional, la base biológica del Trastorno del Control de Impulsos no está plenamente determinada, aunque algunos pacientes presentan EEG anormal y signos neurológicos levemente patológicos. Todos los Trastornos del Control de Impulsos suelen verse agravados por el consumo de alcohol o sustancias psicoactivas.
Dentro de los Trastorno del Control de Impulsos podemos encontrar de manera más frecuente los siguientes tipos:

Trastorno Explosivo Intermitente:  Episodios aislados de falta de control ante los impulsos agresivos, que dan lugar a violencia o destrucción de la propiedad y que conllevan un grado de agresividad desproporcionado con respecto a la intensidad del factor estresante que los provoca.

Una vez remiten, el sujeto experimenta arrepentimiento o auto-reproche.

No se debe a ningún otro trastorno mental, enfermedad médica o a efectos fisiológicos directos de una sustancia, ni hay que confundirlo con episodios explosivos de rabia cuando individuos con trastorno de personalidad narcisista, obsesiva, paranoide o esquizoide, son sometidos a situaciones estresantes.



El Trastorno Explosivo Intermitente se debe a un descenso de serotonina por una perturbación en la neuro-regulación central. Este neurotransmisor es el encargado de relacionar una amenaza determinada con una respuesta razonable.

La intensidad de este trastorno puede incrementarse con el tiempo y entre los episodios pueden encontrarse signos de impulsividad generalizada y agresividad.
Los expertos calculan que podría afectar al 3% de la población española y es más común en hombres con historia familiar donde se haya dado algún caso.

Un ejemplo de Trastorno Explosivo Intermitente lo encontramos en el cine, en el personaje interpretado por Michael Douglas en "Un día de furia". Ese tipo aparentemente normal un día explota y entre otras cosas la emprende a tiros en un McDonald’s porque los empleados no le sirven el desayuno a su gusto.


Cleptomanía: Robos repetidos no premeditados de objetos innecesarios y cuyo valor podría costear fácilmente el sujeto, que proporcionan una sensación placentera.

La cleptomanía empeora con el estrés. El sujeto puede guardar el objeto o retornarlo de forma clandestina cuando de manera posterior al robo se siente culpable y arrepentido.Puesto que la causa del impulso es un descenso de la serotonina, el tratamiento incluye antidepresivos de perfil serotoninérgico.

Es más común en mujeres y se detecta este trastorno en menos del 5% de los que roban en tiendas. Se han distinguido tres formas de cleptomanía diferentes: esporádica, episódica y crónica.


Un claro y sonado caso de Cleptomanía fue el de la actriz Winona Rider, que pese a sus elevadísimos ingresos económicos, acumula cargos criminales por robar más de cinco mil dólares en prendas de ropa.


Piromanía: Fascinación por el fuego y sentimiento de gratificación al provocarlo. Se trata de acciones deliberadas y premeditadas, que no conllevan ninguna ganancia económica personal.

Estos individuos no consideran las consecuencias de su acción.

El tratamiento para la piromanía se basa en psicoterapia de tipo comportamental y puede llegar a requerirse hospitalización dependiendo del caso.
La piromanía es más frecuente en hombres que en mujeres, generalmente jóvenes y de estrato económico bajo. Suelen meterse en las profesiones relacionadas con el fuego, como bomberos, para poder satisfacer sus necesidades. En función del sexo del pirómano, este trastorno puede asociarse a otros: Los varones pirómanos es probable que tengan historia de dependencia del alcohol, mientras que las mujeres pirómanas suelen tener historias de alteración del estado de ánimo con autolesión o incluso intentos de suicidio.

Juego patológico: El juego patológico se conoce también como ludopatía y consiste en una conducta de juego persistente, que produce disfunción psicosocial y familiar y conlleva deudas, actividades ilegales e importantes pérdidas, ya que la necesidad de juego va en aumento. La conducta impulsiva continúa aún cuanto la deuda aumenta hasta altas sumas de dinero. En los ludópatas, es frecuente que se dé distorsiones del pensamiento como supersticiones, sensación de poder o control, y creencia de que el dinero es la solución a cualquier problema. Los individuos con este trastorno suelen ser muy competitivos y energéticos y suelen tener poca tendencia al descanso. Son generosos, pero de forma extravagante y suelen aburrirse con facilidad.

Los individuos que presentan este trastorno, llevan un estilo de vida propenso al estrés y a enfermedades derivadas del mismo, como hipertensión arterial o migraña. Es posible que en estos individuos podamos encontrar, junto a la ludopatía,  trastornos del afecto, déficit de atención / hiperactividad, dependencia o abuso sustancias y trastornos de personalidad antisocial, narcisista o borderline. Puede darse también casos de intento de suicidio.

El trastorno por juego patológico o ludopatía es más común en hombres y el tratamiento consiste en psicoterapia comportamental junto a tratamiento para la depresión, manía, disfunción sexual y abuso de sustancias en caso que estén presentes.

Tricotilomanía: Falta de control de impulsos consistente en arrancamientos de cabello provocando calvas no delimitadas. Se trata de compulsiones repetitivas que producen gratificación en el sujeto de manera inicial para después dar paso a la ansiedad. El arrancamiento de los cabellos no se presenta únicamente en la cabeza, sino que puede incluir también pestañas, cejas, el vello púbico o corporal, tanto propios como de otras personas, animales o peluches. Generalmente estos sujetos tienden a comerse el pelo después de arrancárselo, comportamiento que se conoce como tricofagia y puede llevar a obstrucción intestinal por bolas de pelo o a la mala absorción de nutrientes y sangrados intestinales.

Los individuos con este tipo de trastorno lo niegan, no lo reproducen en presencia de personas ajenas a su familia y tratan de camuflar el daño físico que produce. La tricotilomanía puede darse acompañada de otros trastornos mentales como Trastornos del afecto, trastornos de ansiedad o retardo mental.

Este trastorno es más frecuente en mujeres que en hombres y su tratamiento consiste en psicoterapia combinada con fármacos para el control de la ansiedad y, al igual que en el resto de Trastornos del Control de Impulsos, con antidepresivos serotoninérgicos, aunque en este caso es posible que la serotonina no sea el principal neurotransmisor implicado.

Todos los Trastornos del Control de Impulsos comparten anormalidades en el metabolismo de la serotonina, como niveles bajos de receptores para la serotonina en el líquido cefalorraquídeo, especialmente en el trastorno explosivo intermitente. Actualmente, la base biológica completa de estos trastornos está por dilucidar y continúa estudiándose para dar respuesta a estas patologías presentes en nuestra sociedad.


"Los impulsos irreflexivos son tan inútiles como la tromba de agua que no encuentra acequia"


Síguenos en twitter @sobremicerebro


Creado por: @CM_Cuellar @CM_Furio

1 comentario:

  1. En el trastorno explosivo intermitente, ¿ contaríamos como agresividad y violencia, la verbal. No poder controlar impulsos agresivos verbales?

    ResponderEliminar